Las cosas que vivimos, que tenemos, que recordamos... se miden por los detalles. Aunque sea un único pequeño detalle hace que algo normal ¡se convierta en algo especial!
Reconozco que no se me han dado bien del todo las manualidades, habilidad que estoy segura alguna tenéis muy desarrollada. Y también estoy segura que todas tenemos por casa un montón de objetos guardados “por si acaso” que pueden ser reciclados en cualquier momento de creatividad manual.
Este sábado por la mañana, haciendo limpieza en casa, encontré unos tarros de cristal y se me ocurrió poner en práctica una idea que había visto en un blog: decorarlos con unos Washi Tapes (esa cinta adhesiva japonesa que está tan de moda) y convertirlos en unos porta-velas. La verdad es que me quedaron bastante chulos y como había quedado con mi prima para comer, decidí tener un detalle con ella y regalárselos. Para que mi regalo-detalle estuviera al detalle, decoré un poco una caja de cartón y pude dentro los porta-velas.
Cuando quedé con mi prima y le di el regalo... no sabía si estaba más emocionada, y sorprendida a la vez, por el detalle en si que había tenido con ella, por lo bonita que era la caja, por lo cucos que eran los tarros porta-velas o porque me hubiera tomado mi tiempo para hacerlo yo personalmente. ¡Le encantó! Y aunque no era mi intención... me invitó ella a comer.
Por eso os animo a tener el detalle de poner un detalle propio, personalizado, original y exclusivo en todos los regalos que hagáis… ¡No cuesta nada y sin embargo se consigue mucho!
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